Comentario
Ixtlilxochitl, historiador y poeta
Para aquellos que piensan que la obra de un hombre está condicionada por sus vivencias, Alva Ixtlilxochitl confirma sus tesis. Descendiente de los señores de Tetzcoco y México; poseedor de una sólida cultura, adquirida durante su estancia en el Colegio de Santa Cruz; y sobre todo, carente de grandes recursos económicos ¿no reunía todos los requisitos necesarios para convertirse en un gran historiador, en un histórico, para emplear un término de la época?
Efectivamente, estos factores influyeron en la vocación histórica del tetzcocano; pero, además de las razones señaladas, hay otras menos prosaicas, que se relacionan con las nuevas orientaciones de la cultura novohispana.
Una vez superada la apasionada controversia sobre la racionalidad o irracionalidad del indio y desmantelados los utópicos planes franciscanos, la sociedad virreinal entró en otra fase de desarrollo en la cual el protagonismo se trasladó del nativo al criollo, ya fuera éste mestizo o español de pura sangre. De acuerdo con las modernas tendencias, los antiguos pobladores dejaron de constituir un problema vivo para convertirse en un objeto de curiosidad científica.
Las antigüedades aztecas ya no se investigaron con fines prácticos --obtener mejores resultados en los procesos de control religioso, económico o político--, sino, simplemente, para hacer luz sobre el pasado. Pero esta visión tan inocua escondía una tremenda carga crítica. Los criollos se sentían más unidos a las tierras del Anahuac que a la lejana metrópoli, cuyos funcionarios los consideraban ciudadanos de segunda categoría. De aquí deriva ese espíritu indigenista y nacionalista que se observa en la mayoría de los autores de los siglos XVII y XVIII. Como ha hecho notar un investigador contemporáneo, el criollo, consciente o inconscientemente, tenía la imperiosa necesidad de recoger y enaltecer, cuando no de continuar, la obra de los que en el pasado habitaron el país42.
Esta tendencia nacionalista de la historiografía novohisparia --que culminará con las obras del erudito barroco Carlos Sigüenza y Góngora (1645-1700) y del jesuita Francisco Javier Clavijero (1731-1787)-- es el acicate que mueve la pluma de Ixtlilxochitl. El tetzcocano dejaría constancia expresa de ello en la dedicatoria de su Sumaria relación de la historia general de esta Nueva España.
Desde mi adolescencia tuve siempre gran deseo de saber las cosas acaecidas en este Nuevo Mundo, que no fueron menos que las de los romanos, griegos, medos y otras repúblicas gentílicas que tuvieron fama en el universo, aunque con la mudanza de los tiempos y caída de los señores y Estados de mis pasados, quedaron sepultadas sus historias43.
El interés del adolescente Ixtlilxochitl por las cosas acaecidas en el Nuevo Mundo creció hasta convertirse en una pasión por la historia. Al alborear el siglo XVII, cuando contaba alrededor e treinta años, D. Fernando acabó la Sumaria relación de todas las cosas que han sucedido en la Nueva España..., la primera de una larga serie de obras que el tetzcocano redactaría sobre el devenir histórico del Anahuac.
La bibliografía de Alva Ixtlilxochitl o, mejor dicho, los títulos que se han salvado de la acción destructora del tiempo pueden clasificarse en tres grandes apartados:
A) La Historia de la nación chichimeca. Esta obra, objeto de la presente edición, será estudiada con detalle en las páginas siguientes.
B) Relaciones históricas. Bajo el título genérico de Relaciones se incluye un rico corpus documental compuesto por escritos sueltos, opúsculos, cantares y fragmentos diversos. Estos manuscritos abordan la historia de los diferentes pueblos del México central (tolteca, tepaneca, xochimilca, azteca, etc.), aunque --y ello resulta lógico conociendo al autor-- hacen hincapié en el antiguo señorío acolhua.
Sobre el número, secuencia cronológica y objetivo de las Relaciones no hay criterio único. Todos los investigadores que se han ocupado del tema están de acuerdo en señalar que comprenden varias obras, subdivididas en un número variables de relaciones o capítulos. Pero aquí acaba la concordia, ya que mientras Edmundo O'Gorman da cuatro títulos44, Gibson, Glass y Carrera, siguiendo el orden fijado por Alfredo Chavero en el siglo XIX, presentan una lista de cinco relaciones45.
Por el contrario, no hay grandes discrepancias respecto a la lengua en que se redactaron los originales pues, desde los tiempos de Chavero46, todos los estudiosos han afirmado que ésta era la bella lengua de Nezahualcoyot47. El hecho de que las copias que llegaron a nuestros días se encuentran todas en castellano no preocupó al sabio mexicano, quien ofreció una explicación lógica a esta aparente contradicción.
Sabedor de que D. Fernando presentó el 18 de noviembre de 1608 sus escritos al Cabildo de Cuauhtlacinco para que la corporación certificara la veracidad de su contenido, Chavero atribuyó la traducción a algún funcionario del pueblo, concretamente al escribano Francisco Rodríguez.
Otro aspecto polémico de las Relaciones hace referencia al autor. El carácter variopinto de la obra induce a suponer que nos encontramos ante un conjunto de documentos recopilados y transcritos por Alva Ixtlilxochitl. Ahora bien, como en el último texto, la Sumaria relación de la historia general de esta Nueva España, se encuentran las líneas maestras de la futura Historia de la nación chichimeca, habrá que admitir, junto con el R Garibay, que en las Relaciones se mezclan a partes iguales la transcripción de manuscritos nahua y la aportación personal de nuestro autor48.
Para no prolongar estas notas sobre las Relaciones --una obra que exige una edición aparte-- reproduzco a continuación los títulos que la integran:
1.-- Sumaria relación de todas las cosas que han sucedido en la Nueva España, y de muchas cosas que los tultecas alcanzaron y supieron ...
2.-- Relación sucinta en forma de memorial de la historia de la Nueva España y sus señoríos hasta el ingreso de los españoles.
3.-- Compendio histórico del reino de Texcoco.
4.-- Sumaria relación de la historia general.
5.-- Historia de los señoríos chichimecos hasta la venida de los españoles.
C) Obra poética. Aunque la fama de Alba Ixtlilxochitl procede de su actividad histórica, el tetzcocano, hombre polifacético y de gustos diversificados, no descuidó el cultivo de la poesía. Si tenemos en cuenta la gran capacidad de trabajo de D. Fernando, parece probable que su producción poética fuera bastante extensa; mas, por desgracia, sólo conservamos tres poemas cortos, que pueden consultarse en el volumen tercero de las Memorias de la Nueva España, una obra que se guarda en la biblioteca de la Real Academia de la Historia49.
Los dos primeros, unos cantares de Nezahualcouotl de Tetzcoco, no pueden atribuirse en rigor a Ixtlilxochitl, quien se limitó a efectuar una paráfrasis de los textos, es decir, una traducción versificada que imitaba los originales, si bien no los vertía con escrupulosa exactitud.
Pese a ello, la mentalidad prehispánica se detecta en todos los versos. De hecho, los temas de las lamentaciones --la fugacidad de la vida humana y la vanidad de las glorias terrenas-- son dos de las grandes tesis de la producción poética del sabio tlatoani acolhua50.
Por el contrario, la autoría del tercer y último poema recae exclusivamente en Ixtlilxochitl. En estas breves estrofas, que figuran en los inventarios bajo el rubro de Romance del rey Sancho o El cerco de Zamora, D. Fernando narra el alevoso asesinato de Sancho II el fuerte por el traidor Bellido Dolfos.
El argumento de El cerco de Zamora se inspira en un episodio de la historia del reino de Castilla; pero, sin duda alguna, no faltará quien vea en el romance una mentalidad india. ¿Acaso no fue Sancho II un poderoso monarca, cuya muerte se debió a la ambición desmedida? Aunque podrá aducir varias razones en contra de tal hipótesis, baste con recordar que la angustia existencial se encuentra tanto en la literatura nahuatl como en los escritos de Jorge Manrique y otros muchos escritores hispanos. Por otra parte, el sentimiento trágico de las poesías del mestizo, ¿no refleja la amargura personal de un hombre que quedó reducido a la estrechez, pese a descender de una poderosa casa real?